Siempre empiezo la columna con el análisis del partido pero consideré necesario, a la vista de los hechos, aclarar mi posición antes que cualquier otra cosa. Por supuesto que el apoyo al técnico no es caprichoso ni ligero, se basa en una hipótesis que voy compartir con ustedes.
Sabella renunció a menos de una semana del inicio del torneo y de la Copa Libertadores. Alejandro fue y es mucho más que un técnico para el club, es un Pincharrata como yo, como Papá Pincha o como ustedes que estuvo 2 años al frente del plantel y, sacando los logros deportivos, transmitió emociones, mística, inteligencia, sentido de pertenencia al Club, tanto para propios como para ajenos. Su partida fue traumática y los jugadores antes que profesionales son personas (como todos nosotros), un equipo es un grupo de gente que necesita liderazgo, contención y otros factores psicológicos que suelen ser ignorados por el común del público. Lo normal, para la mayoría, es pensar que un jugador técnicamente bueno TIENE que jugar bien sin tener en cuenta todo el contexto que se necesita para que esto ocurra (caso Pitu Barrientos).
Aclarado esto, al inicio del torneo Estudiantes tiene un primer tiempo brillante contra Ñuls, a lo Sabella. Para el segundo partido y con una semana de trabajo, Berizzo intenta implementar su forma de juego y ocurre el desastre de Cruzeiro. Y digo desastre porque más allá del resultado histórico y el baile fue el hecho que, creo, desencadenó en el fracaso posterior. Luego de este terrible encuentro los principales referentes (Verón, Braña, Desábato) hablaron con el DT y le pidieron jugar como lo hacían con Alejandro, táctica que conocían, se sentían a gusto y que había dado resultado. Esto se deduce de la idea que pretende Berizzo versus la mostrada por el equipo, además de declaraciones de los jugadores que dieron a entender que el Toto iba a respetar lo que estaba y aplicaría cambios “gradualmente”.
Luego, a medida que fueron pasando los partidos, el rendimiento del equipo no fue el esperado pero ya era tarde para cambiar, había que jugársela. Por supuesto que hubo errores de parte del cuerpo técnico, pero también hay que pensar que es muy difícil hacer rendir a un equipo que juega con una idea en la que el entrenador no cree. Y esto no es responsabilidad de él ni de los jugadores, se genera a partir de la renuncia de Alejandro. Vale la pena aclarar, aunque después de tanto tiempo ya lo saben, que en el blog somos fundamentalistas de Sabella. Pero no por esto hay que minimizar el impacto que tuvo su renuncia ni su responsabilidad en el rendimiento del equipo este semestre.
En base a todo esto, creo que el Toto debe permanecer, por lo menos, los partidos restantes del torneo para intentar aplicar su idea. No puedo afirmar que sea buen o mal profesional ni tampoco puedo decir que “confío” en sus conocimientos, pero sí puedo concluir que todavía no pudo trabajar como esperaba él ni nosotros. Y se merece esa oportunidad.
Abrazo rojo y blanco,
El Brujo